Aunque una reforma fiscal por sí sola no será detonante del crecimiento económico, la necesidad de gravar alimentos y medicinas es urgente e impostergable para incrementar los niveles de recaudación tributaria del país, afirmaron fiscalistas.
México tiene una de las recaudaciones tributarias, como proporción de su producto interno bruto (PIB), más bajas en el mundo, pues mientras el promedio de los países miembros de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) alcanza tasas de 25 por ciento, en el país apenas llega a 10 por ciento.
“Llevamos décadas necesitando una reforma fiscal, es necesaria una modificación en la tasa de impuestos indirectos al valor agregado, la tendencia global es la disminución de los gravámenes sobre la renta”, dijo el socio de la práctica de impuestos de KPMG, César Catalán.
Un estudio de la Comisión Económica para América Latina (Cepal) asegura que el potencial recaudatorio que tiene México vía impuestos podría alcanzar 24.4 por ciento como proporción del PIB.
El socio del área de impuestos de Ernst & Young, Ricardo Villalobos, dijo que la única alternativa que tiene México es una tasa generalizada en el IVA, pues el gasto que ejerce el gobierno para mantener en vigor la tasa cero en ciertos bienes y servicios como alimentos y medicinas es cerca de 2 por ciento del PIB.
“El sacrificio fiscal es enorme. Chile capta de IVA 8.5 por ciento de su PIB y tiene una tasa general de 18 por ciento, sí aquí graváramos con una tasa de 15 por ciento tendríamos una captación de 7 por ciento contra 4 por ciento que tenemos actualmente”, dijo el especialista.
Héctor Reyes, fiscalista de Baker & McKenzie, detalló que el subsidio por la tasa cero se lo lleva la gente de mayores ingresos, pues mientras que la población de menos ingresos alcanza tres centavos de cada peso que se deja de cobrar por IVA, el sector más alto llega a 45 centavos.
Sin embargo, explicó que esa modificación por sí sola no es suficiente, pues para aspirar en el mediano plazo a tener una recaudación de 20 por ciento del IVA debe ser complementada con el incremento de la base de contribuyentes.
“Debemos ampliar la base de contribuyentes y esto no depende de cambiar una ley fiscal, sino la actitud fiscalizadora de las autoridades”, aseveró.
Al respecto, Villalobos opinó que es necesario que el Servicio de Administración Tributaria (SAT) genere una sensación real de riesgo moral de que el no pagar impuestos tiene sus consecuencias.
“Ese riesgo en México no se percibe, las personas en la informalidad no tienen miedo de no pagar impuestos”, señaló el fiscalista de la firma Ernst & Young.
De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en el primer trimestre del año el número de personas en el sector informal ascendió a 12.5 millones de personas, es decir, 28.6 por ciento de la población económicamente activa.
César Catalán comentó que para incorporar a la gente dentro de la informalidad a la parte formal es necesaria la simplificación del régimen fiscal, y agregó que en ese tema es fundamental que los estados participen más y lleven a cabo sus facultades de fiscalización y recaudar más de este sector de la población.
Recomiendan reducir el ISR
Y si bien, los fiscalistas coincidieron en la necesidad de una modificación a la ley del IVA, ésta debe ir acompañada también de una reducción en la tasa de los tributos directos como el impuesto sobre la renta.
Y si bien, los fiscalistas coincidieron en la necesidad de una modificación a la ley del IVA, ésta debe ir acompañada también de una reducción en la tasa de los tributos directos como el impuesto sobre la renta.
El experto de KPMG confió en que el próximo año el gobierno federal cumpla el compromiso de ir hacia un solo gravamen entre el impuesto sobre la renta y el empresarial a tasa única, lo cual daría liquidez a empresas y personas físicas.
Ricardo Villalobos explicó que una desgravación del ISR a tasas de 26 por ciento permitirá que las empresas detonen más proyectos de inversión, mientras que las personas físicas tendrán mejores condiciones para satisfacer necesidades y gastar.
“Y en el gasto se recupera la disminución de la tasa de ISR por el consumo que tendrían la personas en el IVA; de un solo golpe podemos avanzar a una captación de 15 por ciento con estos cambios”, afirmó.
A revisión, regímenes especiales
De acuerdo con los gastos fiscales de 2010 de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, los regímenes especiales sumarán 532 mil 430 millones de pesos este año, el equivalente a 4.1 por ciento del producto interno bruto
De acuerdo con los gastos fiscales de 2010 de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, los regímenes especiales sumarán 532 mil 430 millones de pesos este año, el equivalente a 4.1 por ciento del producto interno bruto
El tema ha generado diversos debates sobre su eliminación o permanencia por el beneficio cuestionable que otorga a ciertos sectores de la población.
El presidente del Instituto Mexicano de Contadores Públicos, Luis Raúl Michel, consideró que eliminar los regímenes fiscales especiales que no tengan justificación social o económica permitirá un margen para que el fisco incremente sus niveles de recaudación.
Por su parte, el fiscalista de Baker & McKenzie opinó que es necesario analizarlos, pues si bien en algún momento tuvieron una razón de ser, el régimen simplificado de autotransportistas y del sector agropecuario han dejado de ser productivos por esos beneficios.
Fuente: IMCP
